... O de cómo el zorro buscaba explicaciones sin sentido ni argumento para justificar que no era posible tomar las uvas del conocimiento pero sí teorizar sobre él.
Mira que no me gusta nada Cuarto Milenio por la de sandeces que se dicen en ese programa. Pero hoy cambiando de canal me paré a escuchar. El tema era el de María de Magdalena.
Ser ateo, historiador y lector de estudios de la época me hacen tener mi propia visión, que puedo compartir o no con eruditos de la talla de Antonio Piñero... pero con lo que no puedo es con el oportunismo, el poco estudio y aún menos crítica científica que posee su adversario en el "debate", el señor Enrique de Vicente, director de la revista Año Cero.
Lo triste es que el que más seguimiento tiene es el segundo, y no sólo por buscar, no hechos históricos, sino teorías cogidas con pinzas porque muestran anhelos y reivindicaciones presentes. Y lo peor no es la de tonterías que puede decir un hombre en tan poco tiempo, sino que, además, el presentador siempre tenía la costumbre de dejarle hablar y de interrumpir a Antonio Piñero para que dejara las explicaciones a media. Eso sí, cada explicación que daba, aunque sólo fuera una parte de ella, le daba zurriagazos a los "argumentos" conspiranoicos de Enrique de Vicente de tal modo que parecía una sola nota musical derruyendo los muros del Jerico del Año Cero. Falacias y sólo falacias.
Es triste como se prima lo sensacionalista y lo provocador en vez del estudio serio y minucioso. Pero es normal en nuestra tierra, preferimos al político sensacionalista y no buscamos ninguno que sea serio, trabajador y minucioso... aunque, curiosamente, una vez elegido y visto lo mal que gobierna, nos quejamos.
lunes, 17 de febrero de 2014
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