TIPOLOGÍA: Óleo sobre lienzo
DESCRIPCIÓN: En este cuadro nos encontramos con uno de los cuatro evangelistas. Este evangelista forma parte de un grupo de cuatro, acompañado de San Juan, San Lucas y San Marcos, que a su vez completaban un antiguo retablo en la Cartuja de Nuestra Señora de la Defensión de Jerez de la Frontera. Este cuadro es copia, casi literal, de una estampa del siglo XVI firmada por Aldegrever, sin embargo, dotada de realidad y naturalismo gracias al juego que hace el autor del color y la luz para proporcionar el volumen que hace corpóreo al protagonista del lienzo, que se acompaña de su símbolo, un ángel, al que parece que le está comentando algo.
Hay una gran diferenciación, no ya sólo del color entre los dos personajes (el evangelista viste colores de las gamas del rojo y el azul grisáceo o violeta, mientras que el ángel va vestido de blanco con alas doradas), sino que también se aprecia en el tamaño de estos mismos personajes, siendo el evangelista un enorme hombre barbado, que recuerda a Moisés, con un libro sujeto entre sus piernas y su mano izquierda, mientras que el ángel es mucho más pequeño, imberbe, de piel clara además de su ropaje. En sus manos sostiene, en cambio una banda dorada típica de las anunciaciones, pero esta vez sin nada escrito. Ambos se encuentran sentados, descansando y hablando tranquilamente en la falda de una montaña, simbolizando, tal vez, el ascenso hacia el cielo, y hacia Dios. Un ascenso arduo donde la mayor densidad del bosque lo encontramos en la parte baja de la ladera, de un color más oscuro, y la parte alta con algo menos de bosque. El cielo también es claro, haciendo contraste con la tierra de un color verde oscuro. Verde, no tierra, pues verde es la esperanza de aquellos que anhelan ver a Dios.
Por último señalar la rama de enredadera, posiblemente galán de noche, que rodea, cual aureola, al ángel sedente, rama que parece estar en flor.
MEDIDAS: 65 x63 cm
FECHA: 1638
ESTILO: Barroco Español
AUTOR: Francisco de Zurbarán (1598-1664)
DESCRIPCIÓN: En este cuadro nos encontramos con uno de los cuatro evangelistas. Este evangelista forma parte de un grupo de cuatro, acompañado de San Juan, San Lucas y San Marcos, que a su vez completaban un antiguo retablo en la Cartuja de Nuestra Señora de la Defensión de Jerez de la Frontera. Este cuadro es copia, casi literal, de una estampa del siglo XVI firmada por Aldegrever, sin embargo, dotada de realidad y naturalismo gracias al juego que hace el autor del color y la luz para proporcionar el volumen que hace corpóreo al protagonista del lienzo, que se acompaña de su símbolo, un ángel, al que parece que le está comentando algo.
Hay una gran diferenciación, no ya sólo del color entre los dos personajes (el evangelista viste colores de las gamas del rojo y el azul grisáceo o violeta, mientras que el ángel va vestido de blanco con alas doradas), sino que también se aprecia en el tamaño de estos mismos personajes, siendo el evangelista un enorme hombre barbado, que recuerda a Moisés, con un libro sujeto entre sus piernas y su mano izquierda, mientras que el ángel es mucho más pequeño, imberbe, de piel clara además de su ropaje. En sus manos sostiene, en cambio una banda dorada típica de las anunciaciones, pero esta vez sin nada escrito. Ambos se encuentran sentados, descansando y hablando tranquilamente en la falda de una montaña, simbolizando, tal vez, el ascenso hacia el cielo, y hacia Dios. Un ascenso arduo donde la mayor densidad del bosque lo encontramos en la parte baja de la ladera, de un color más oscuro, y la parte alta con algo menos de bosque. El cielo también es claro, haciendo contraste con la tierra de un color verde oscuro. Verde, no tierra, pues verde es la esperanza de aquellos que anhelan ver a Dios.
Por último señalar la rama de enredadera, posiblemente galán de noche, que rodea, cual aureola, al ángel sedente, rama que parece estar en flor.
MEDIDAS: 65 x63 cm
FECHA: 1638
ESTILO: Barroco Español
AUTOR: Francisco de Zurbarán (1598-1664)
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