TIPOLOGÍA: Óleo sobre lienzo
DESCRIPCIÓN: En el centro de este lienzo se puede observar la imagen de San Francisco arrodillado. Vestido con un hábito y capucha de color café y una soga atada a la cintura, típica de los franciscanos; orden religiosa que fundó él mismo. Los pies del santo, aparecen desnudos para indicar el estilo de vida sencilla y de pobreza que tanto predicó como llevó a cabo basándose en los ideales de los evangelios. Su rostro joven y barbilampiño, dirige su mirada devota y entregada a la imagen de Cristo en forma de serafín, que se encuentra a la parte superior derecha del cuadro; envuelta en una llama amarillenta que le da luminosidad y claridad al cuadro. San Francisco tiene sus manos extendidas en posición de ofrenda, dónde se aprecian los estigmas que él mismo dio testimonio de haber recibido durante el tiempo que estuvo de retiro y vida contemplativa. En este mismo primer plano, delante del santo y debajo de la imagen de Cristo se aprecia sobre una roca, una calavera, un libro y un crucifijo sobre este último. En la simbología religiosa, la calavera representa el rechazo del placer de vivir; la cruz acompaña a los seguidores religiosos, más aún si es miembro de una orden; y el libro se encuentra con todos los santos.
Las imágenes principales se encuentran tras un fondo oscuro en forma de neblina bañado por un aurea dorado y blanco que desprende la imagen de Cristo alcanzando a San Francisco.
En segundo plano, Murillo recrea otra situación del Santo dónde se ve recostado de lado, apoyado sobre una piedra y con la mano derecha en alza como queriendo alcanzar la imagen de Cristo. Su rostro refleja la misma mirada de devoción, sufrimiento y esperanza, que en la otra figura antes mencionada. Tras él, en la lejanía se vislumbra un paisaje terrenal, lleno de vegetación, rocas, laderas y construcciones de casa. El cielo se muestra como la continuación del fondo oscuro, en forma de nube, del primer plano; terminándolo en luminosidad al unirse con la tierra.
La interpretación de estas dos escenas puede hacerse como el camino de la vida terrenal hacia la vida celestial.
MEDIDAS: 178 x 208 cmLas imágenes principales se encuentran tras un fondo oscuro en forma de neblina bañado por un aurea dorado y blanco que desprende la imagen de Cristo alcanzando a San Francisco.
En segundo plano, Murillo recrea otra situación del Santo dónde se ve recostado de lado, apoyado sobre una piedra y con la mano derecha en alza como queriendo alcanzar la imagen de Cristo. Su rostro refleja la misma mirada de devoción, sufrimiento y esperanza, que en la otra figura antes mencionada. Tras él, en la lejanía se vislumbra un paisaje terrenal, lleno de vegetación, rocas, laderas y construcciones de casa. El cielo se muestra como la continuación del fondo oscuro, en forma de nube, del primer plano; terminándolo en luminosidad al unirse con la tierra.
La interpretación de estas dos escenas puede hacerse como el camino de la vida terrenal hacia la vida celestial.
FECHA: 1680
ESTILO: Barroco
AUTOR: Bartolomé Esteban Murillo (1618-1682)
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