viernes, 5 de junio de 2009

ARTE. ESTIGMATIZACIÓN DE SAN FRANCISCO. MURILLO



TIPOLOGÍA: Óleo sobre lienzo
DESCRIPCIÓN: En el centro de este lienzo se puede observar la imagen de San Francisco arrodillado. Vestido con un hábito y capucha de color café y una soga atada a la cintura, típica de los franciscanos; orden religiosa que fundó él mismo. Los pies del santo, aparecen desnudos para indicar el estilo de vida sencilla y de pobreza que tanto predicó como llevó a cabo basándose en los ideales de los evangelios. Su rostro joven y barbilampiño, dirige su mirada devota y entregada a la imagen de Cristo en forma de serafín, que se encuentra a la parte superior derecha del cuadro; envuelta en una llama amarillenta que le da luminosidad y claridad al cuadro. San Francisco tiene sus manos extendidas en posición de ofrenda, dónde se aprecian los estigmas que él mismo dio testimonio de haber recibido durante el tiempo que estuvo de retiro y vida contemplativa. En este mismo primer plano, delante del santo y debajo de la imagen de Cristo se aprecia sobre una roca, una calavera, un libro y un crucifijo sobre este último. En la simbología religiosa, la calavera representa el rechazo del placer de vivir; la cruz acompaña a los seguidores religiosos, más aún si es miembro de una orden; y el libro se encuentra con todos los santos.
Las imágenes principales se encuentran tras un fondo oscuro en forma de neblina bañado por un aurea dorado y blanco que desprende la imagen de Cristo alcanzando a San Francisco.
En segundo plano, Murillo recrea otra situación del Santo dónde se ve recostado de lado, apoyado sobre una piedra y con la mano derecha en alza como queriendo alcanzar la imagen de Cristo. Su rostro refleja la misma mirada de devoción, sufrimiento y esperanza, que en la otra figura antes mencionada. Tras él, en la lejanía se vislumbra un paisaje terrenal, lleno de vegetación, rocas, laderas y construcciones de casa. El cielo se muestra como la continuación del fondo oscuro, en forma de nube, del primer plano; terminándolo en luminosidad al unirse con la tierra.
La interpretación de estas dos escenas puede hacerse como el camino de la vida terrenal hacia la vida celestial.
MEDIDAS: 178 x 208 cm
FECHA: 1680
ESTILO: Barroco
AUTOR: Bartolomé Esteban Murillo (1618-1682)

ARTE. SAN MATEO. ZURBARÁN



TIPOLOGÍA: Óleo sobre lienzo
DESCRIPCIÓN: En este cuadro nos encontramos con uno de los cuatro evangelistas. Este evangelista forma parte de un grupo de cuatro, acompañado de San Juan, San Lucas y San Marcos, que a su vez completaban un antiguo retablo en la Cartuja de Nuestra Señora de la Defensión de Jerez de la Frontera. Este cuadro es copia, casi literal, de una estampa del siglo XVI firmada por Aldegrever, sin embargo, dotada de realidad y naturalismo gracias al juego que hace el autor del color y la luz para proporcionar el volumen que hace corpóreo al protagonista del lienzo, que se acompaña de su símbolo, un ángel, al que parece que le está comentando algo.
Hay una gran diferenciación, no ya sólo del color entre los dos personajes (el evangelista viste colores de las gamas del rojo y el azul grisáceo o violeta, mientras que el ángel va vestido de blanco con alas doradas), sino que también se aprecia en el tamaño de estos mismos personajes, siendo el evangelista un enorme hombre barbado, que recuerda a Moisés, con un libro sujeto entre sus piernas y su mano izquierda, mientras que el ángel es mucho más pequeño, imberbe, de piel clara además de su ropaje. En sus manos sostiene, en cambio una banda dorada típica de las anunciaciones, pero esta vez sin nada escrito. Ambos se encuentran sentados, descansando y hablando tranquilamente en la falda de una montaña, simbolizando, tal vez, el ascenso hacia el cielo, y hacia Dios. Un ascenso arduo donde la mayor densidad del bosque lo encontramos en la parte baja de la ladera, de un color más oscuro, y la parte alta con algo menos de bosque. El cielo también es claro, haciendo contraste con la tierra de un color verde oscuro. Verde, no tierra, pues verde es la esperanza de aquellos que anhelan ver a Dios.
Por último señalar la rama de enredadera, posiblemente galán de noche, que rodea, cual aureola, al ángel sedente, rama que parece estar en flor.


MEDIDAS: 65 x63 cm
FECHA: 1638
ESTILO: Barroco Español
AUTOR: Francisco de Zurbarán (1598-1664)

miércoles, 3 de junio de 2009

ARTE. OBRAS DE ZURBARÁN. SAN LORENZO



TIPOLOGÍA: Óleo sobre lienzo

DESCRIPCIÓN: Esta imagen del santo estaba pintada probablemente para un retablo en el que le acompañaría la imagen de San Juan Bautista. Su tamaño estaría condicionado para un compartimiento secundario y de tamaño reducido comparado con el de los dedicados a las escenas principales. Donde normalmente se resuelve con un busto o retrato idealizado del rostro, el autor representa la figura completa del mártir y sin llegar a ocupar el espacio completamente. Vemos a un santo de perfil, orante, recogido y absorto. En su juego con el claroscuro típico del barroco pinta el rostro ligeramente en penumbra y los ropajes contrastan de rojos vivos y blancos níveos con zonas del mismo en una total penumbra. La hagiografía del santo es la de un joven arcediano romano del siglo III, que sufrió tormento por parte de los romanos. Tras sufrir atroces torturas, se le ató a una parrilla para asarlo vivo. De su muerte se extrae el símbolo del martirio que es la parrilla que el santo abraza, colocada oblicuamente sobre su regazo, en una habilidosa solución pictórica para el ya mencionado problema de espacio físico del lienzo.
En cuanto a la estructura del cuadro, señalar la composición piramidal, centrada en la figura del santo orante y que se ve rodeada por un paisaje idílico de cielos claros y árboles frondosos en la lotananza, contrastando con el suelo árido que pisa, dando la sensación de que, después de esta vida en la que ha sufrido tanto, le premian con el paraíso.

MEDIDAS: 61 x 81 cm
FECHA: 1638 ESTILO: Barroco Español
AUTOR: Francisco de Zurbarán (1598-1664)

martes, 2 de junio de 2009

LA ESCRITURA SUMERIA.




Mesopotamia, la "tierra entre las aguas", como la llamaron los griegos siglos después. En ese lugar donde convergen los ríos Tigris y Éufrates tuvo lugar el nacimiento de la escritura. El pueblo que concibió tal idea y la plasmó fue el sumerio, quienes inventaron también la técnica de escribir sobre planchas de barro que después cocían al horno, endureciéndolas.

Al principio usaban como "lápiz" unas cañas muy aguzadas, capaces de hacer líneas rectas y curvas, pero pronto se cambió por una caña cortada en forma de "pluma estilográfica", lo que se pasaba de dibujos en barro a incisiones con forma triangular, más fina y profunda en uno de los ángulos. Esto provocaba sobre el barro unas impresiones a modo de cuña, que es de donde ha derivado al nombre de "escritura cuneiforme".





La lectura se hacía de arriba abajo y de derecha a izquierda, aunque posteriormente se cambió a horizontal y de izquierda a derecha. Se pasó de pictogramas (hacia 3500 a.C, tipo 1) a ideogramas (hacia 3200 a.C., tipo 3), y de ahí a la escritura cuneiforme (aprox. 2600 a.C., tipo 4).

El libro "Investigación Sobre La Lengua Y La Escritura Sumeria Del Período Presargónico De Lagash. III Milenio A.c.", de Mercedes Torrecillas Fraguas, es uno de los libros en los que se puede leer el trabajo de su equipo y las traducciones de los que inventaron la escritura hace ya 5500 años.

cito el comentario de dicho libro:
Esta obra es el resultado de once años de investigación dedicados al estudio sobre el origen de la palabra de la lengua sumeria y sobre el origen de la escritura sumeria.

Nuestra investigación se basa en el estudio de la forma de la estructura conceptual y fónica de la sílaba radical en la creación de la palabra de la lengua sumeria.

Mediante el estudio de la percepción del sistema fónetico de la estructura interna en el origen de la palabra de la lengua sumeria y mediante la representación gráfica en la escritura de las palabras de la lengua sumeria, hemos observado sistemas diferentes de formación de palabras aparte del sistema de formación de palabras del sumerio. Observamos la estructura interna en el proceso de formación de la palabra de diferentes lenguas. Las palabras de estas lenguas las identificamos como préstamos lingüísticos en la lengua sumeria del III milenio a C.

Hacia el 3500 a C los sumerios inventaron la escritura, siendo ésta la primera escritura de la Humanidad. Sobre tablillas de arcilla y utilizando un punzón, los sumerios crearon un sistema complejo de signos para la designación de conceptos. Nuestra investigación está basada en la lectura directa de los textos escritos mediante signos cuneiformes sumerios, representando la escritura cuneiforme sumeria, y escritos mediante la lengua sumeria antigua o paleosumerio. Estos documentos se fechan hacia el III milenio a C. y fueron encontrados en la ciudad de Lagaš, ciudad situada en el sur de Mesopotamia a orillas del río Tigris. Estos textos forman parte de un archivo compuesto por 650 tablillas. Estas tablillas fueron recogidas hacia 1900 por el coronel Allotte de la Fuÿe. Nuestra investigación se basa en la transliteración, traducción, interpretación y reconstrucción lingüística de las tablillas de este archivo. De las tablillas que hemos estudiado para nuestra investigación, sólo hemos colocado en la obra unas pocas como ejemplo, puesto que el número y la extensión de las tablillas trabajadas hubiera hecho que esta obra fuera muy voluminosa.

Estos textos son muy difíciles de estudiar, por un lado porque son muy antiguos en el tiempo, ya que son los primeros textos conocidos de la Humanidad, y por el otro porque omiten en la escritura los accidentes gramaticales, lo cual dificulta enormemente su interpretación.



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Pictograma: figura o símbolo que asume el significado del objeto representado
Ideograma: carácter gráfico que corresponde a una idea (concepto, proceso o cualidad)

lunes, 1 de junio de 2009

ARTE. OBRAS DE ZURBARÁN. SAN JUAN BAUTISTA

Este es el comienzo de una serie de obras de arte en las que, gracias a la colaboración de mi hermana, esbozaremos unas pinceladas, unos comentarios, sobre las mismas. Espero que disfruten de ellos




NOMBRE: San Juan Bautista
TIPOLOGÍA: Óleo sobre lienzo
DESCRIPCIÓN:
Este óleo lo pintó Zurbarán probablemente a la vez que el San Lorenzo para un mismo retablo. Lo pequeño del espacio forzaba a una visión reducida de San Juan. En este caso lo pinta joven, sentado, con una leve inclinación hacia el cordero al que mira con semblante serio y, posiblemente, empático. El fondo es un paisaje de cielo y roca, por lo que podemos adivinar que se encuentra en el desierto. Por sus atributos conocemos el sentido de su meditación: la cruz y el cordero nos hacen referencia a su primo, Jesús de Nazaret, y al sacrificio que ambos deben realizar (recuerden las palabras "tú eres el cordero de Dios que quita el pecado del mundo") y la aureola que rodea su cabeza nos muestra su santidad. Zurbarán representa a San Juan como un hermoso efebo de largos cabellos negros. El contraste de los claroscuros típicos del barroco se pueden ver en la luz, que ilumina un brazo musculoso y un rostro naturalista pese a la idealización, destacando contra una gran masa rocosa oscura.
En cuanto a la composición, señalar que las figuras de San Juan y el cordero forman parte de una estructura piramidal donde la arista del lado del cordero es más suave que su opuesta, la espalda del santo, mucho más vertical, lo que da sensación de calidez y estrecha los lazos entre el santo y el cordero de Dios. Esta estructura piramidal tiene su pirámide inversa formada por las rocas inclinadas de forma oblicua, que convergen en dichas figuras, dejando el espacio interno de dicha pirámide invertida para un cielo tenue. Esto puede hacer referencia a su estrecha vinculación con lo divino.
MEDIDAS: 60 x 79 cm
FECHA: 1638
ESTILO: Barroco Español
AUTOR: Francisco de Zurbarán (1598-1664)

domingo, 31 de mayo de 2009

IL PORCO, LA GARRA Y EL AFORTUNADO

Érase una vez un reino en el que, para ganar la corona, se competía encima de una moto. En ese reino consideraban el campeonato del mundo como un deporte, aunque hace tiempo que dejaron de asociar la máxima de "lo importante es participar" con la palabra deporte, y la asociaron a ganar.
Así, en esta competición lo importante es ganar... y según permiten los jueces de dicho torneo, a cualquier precio... o eso demuestran en el Campeonato de Italia de Mugello de 250cc.

El que fuera campeón del mundo de 250cc en 2008, como los reyes de antaño, debiera tener un mote afín a sus actos, y qué mejor mote que "Il porco", porque, no sólo en ésta carrera sino en otras muchas, que incluso le ayudaron a ganar el mundial, ha usado de artimañas nada limpias.

Eso sí, ésta es de las más clamorosas y vergonzantes. Suerte que el otrora rey de 125cc, Bautista "La Garra", tiene un corazón de león, un corazón de verdadero campeón, ya que, a pesar de ser echado vilmente de la carrera, aguantó encima de la moto que rodaba por la gravilla y comenzó una nueva carrera en pos de "Il Porco", al que estuvo a punto de poder adelantar. Logró poner la moto, después de una remontada prodigiosa, a la par de la de ese impresentable. Lástima que no pudiera adelantarle y se tuviera que conformar con la tercera plaza.
Sí, la tercera plaza, porque Pasini el Afortunado se encontró con el campeonato y no lo desaprovechó, y "il Porco" pudo mantenerse delante de "La Garra" y los jueces le mantuvieron ahí a pesar de todo (una multa de 5000€ y una aviso de que si repite una maniobra como esa...)

Suerte que "Il Porco" no pudiera con "el Afortunado", quien, una vez hubo probado el cáliz de la buena fortuna, se aferró fuertemente a él, como si la vida le fuera en ello, y no hubo manera de que "Il Porco" Simoncelli, pudiera arrebatarle el título sin hacer más trampas.

Pasini "El Afortunado", Simoncelli "Il Porco" y Bautista "La Garra". Ese fue el orden de llegada, en ese orden festejaron y ese orden se mantuvo gracias a jueces incompetentes.

Ojalá la historia no se repita... pero ésta tiene visos de volverse a repetir. ¿por qué? Porque se lleva repitiendo mucho, mucho tiempo con distintos protagonistas y un mismo antagonista:

SIMONCELLI "IL PORCO" DEL MUNDIAL