miércoles, 30 de diciembre de 2009

NUMISMÁTICA (IV)

TÉCNICAS DE ACUÑACIÓN DE MONEDA. (antigua, medieval y moderna).

La fabricación de la moneda no ha sufrido grandes cambios a lo largo del tiempo, al menos en sus aspectos fundamentales. Esta fabricación se dota de una gran importancia, pues en ella intervienen conceptos y materiales tan variados como el económico, el político, el financiero, el ideológico y el legislativo.

Centrándonos en el proceso técnico, se necesita toda una serie de elementos, materiales, personas, etc, que conforman la infraestructura del taller monetario. Esta infraestructura puede ser muy simple o muy compeja. Incluso en el mundo antiguo, ambas tecnologías pueden coexistir en una misma época y ambiente.

Los ejemplos del alto grado de complejidad que puede alcanzar la fabricación de moneda los encontramos ya en época antigua. Podemos citar pues, a modo ilustrativo, una moneda bajoimperial que presenta, junto con la leyenda típica y un tipo simbólico, una marca de ceca, que ofrece una información secundaria (nos dice la ciudad y la oficina o taller donde la moneda ha sido fabricada).
CONS hace referencia a la ciudad de Constantinopla y B hace referencia a que es el segundo taller, ya que la B es un numeral griego. Ver parte inferior del reverso: CONS B). Es esto lo que apunta a un sistema complejo en la fabricación monetaria.



La importancia desempeñada por la moneda queda constatada también en el hecho de que una de las primeras magistraturas del "cursus honorum" en el mundo romano es la de los triunviros monetales.

La fabricación de la moneda, desde sus orígenes hasta la actualidad, ha sufrido evidentes cambios, pero éstos no son lo suficientemente acentuados como para no poder reconocer un hilo conductor desde el punto de vista técnico entre el mundo antiguo, el medieval, el moderno e incluso el contemporáneo. Por tanto, pese a las variaciones se detecta una base común.

En general se distinguen dos grandes procedimientos de fabricación de moneda:
  • Fundición
  • Acuñación

Desde el punto de vista tecnológico, la fabricación monetaria por fundición contituye el método más cómodo, fácil y asequible. La moneda fundida se concibe mediante un molde (con dos caras), en cuyo interior se graban en negativo los diseños de la moneda. Este proceso puede vincularse a diversos fenómenos o necesidades, y también a distintos períodos de la historia monetaria. Está relacionado con la falta de tecnología. La fabricación y uso de moneda fundida está en conexión con el fenómeno de las falsificaciones, así como con la imitación fraudulenta o no de monedas. Hay que tener en cuenta que es fácil falsificar monedas haciendo un molde y echando en él una aleación de menor valor que el real.

En ambientes de necesidad y premura se recurre también a la fabricación de moneda por fundición.

La aparición de la moneda en el mundo lidio-jonio a fines del s.VII a.C. (hacia el 630 a.C.), en contra de lo que pueda parecer, no estuvo ligada a la fundición (el método más simple), sino a la acuñación.

la moneda acuñada es aquella obtenida mediante la impresión por percusión de los tipos grabados en unos moldes (llamados cuños) sobre una pieza de metal denominada flan o cospel monetal. (Esta definición se corresponde con la técnica de acuñación a martillo).


MEDIOS NECESARIOS PARA FABRICAR MONEDA POR ACUÑACIÓN

1. la obtención de los cospeles o discos monetales
2. la disposición de los útiles necesarios para la acuñación, destacando los cuños, aunque también se emplean otros instrumentos
3. el proceso mismo de acuñación
4. el personal que realiza el proceso

martes, 29 de diciembre de 2009

LA CENICIENTA. Orígenes

¿La primera Cenicienta?

Para leer la primera versión, la más antigua, hemos de viajar a través del tiempo y el espacio y retrotraernos a la década del 850 d.C. y al país del lejano oriente llamado China. Esta versión pertenece al Yuyang Tsatsu, un libro de historias horripilantes y sobrenaturales y de conocimientos históricos, escrito por Tuan Ch´eng Shin, que murió en 863. Historia algo diferente a la europea, pero escrita muchos siglos antes y con una trama idéntica: chica querida por el padre, padre muere, madrastra la esclaviza, hay algo mágico que le ayuda dándole ropaje y zapatos preciosos, pierde un zapato que llega a manos de un príncipe o rey que al final la busca, la encuentra y se casa con ella.

He aquí la historia de esta Cenicienta china:



... Había una vez, antes de la época de Ch´in (222-206 a. J.C.) y de Han, un jefe de una caverna de la montaña a quien los nativos llamaban el Jefe de la Caverna Wu, desposó a dos mujeres, una de las cuales murió dejándole una tierna hijita llamada Yeh Hsien. La niña era muy inteligente, como también muy hábil para trabajar el oro, y su padre la quería muchísimo, pero cuando falleció fue maltratada por su madrastra y a menudo forzada a cortar leña y enviada a lugares peligrosos para sacar agua de pozos profundos.

Cierto día, Yeh Hsien tomó un pez de más de dos manos de largo con aletas rojas y ojos dorados y lo llevó a su casa y lo colocó en una vasija con agua. Cada día crecía más y más hasta que finalmente no cabía más en la vasija y entonces lo colocó en una fuente que había en la parte trasera de la casa. Yeh Hsien solía alimentarlo con lo que sobraba de sus magras raciones. Cuando se acercaba a la fuente, el pez subía a la superficie y apoyaba su cabeza en el borde, pero si algún otro se acercaba entonces se sumergía y no volvía a aparecer. Este curioso comportamiento fue observado por la madrastra, quien esperó que el pez subiera sin que éste lo hiciera en ningún momento. Un día valiéndose de una triquiñuela dijo a la niña: “¿No estás cansada de trabajar? Te compraré un nuevo vestido”. Entonces hizo que Yeh Hsien se desvistiera y la envió a una distancia de muchos li para sacar agua de otro pozo. Se puso entonces la madre las ropas de Yeh Hsien y escondiendo un agudo cuchillo en su manga fue derecho a la fuente y llamó al pez. Cuando el pez asomó su cabeza fuera del agua lo mató. El pez tenía en ese entonces diez pies de largo, y cuando fue cocinado tenía un sabor mucho mejor que cualquier otro pez. Y la madrastra enterró sus huesos en un estercolero.

Al día siguiente, Yeh Hsien volvió y cuando se acercó a la fuente, encontró que el pez había desaparecido. Corrió entonces al bosque para llorar su desdicha, cuando un hombre con sus cabellos despeinados y sus ropas rotosas descendió del cielo, y la confortó diciéndole. “No llores. Tu madrastra ha matado al pez, y sus huesos se hallan enterrados en el estercolero. Cualquier cosa que desees, ruega por ella, y tu deseo será concedido”. Yeh Hsien siguió su consejo y no tardó mucho tiempo en que tuviera joyas y oro y telas tan hermosas que hubieran deleitado el corazón de cualquier doncella.

La noche de la fiesta en la caverna se ordenó a Yeh Hsien que se quedara en la casa para vigilar el huerto con los frutales. Cuando la abandonada niña vio que su madrastra se hallaba a larga distancia se vistió con una túnica de seda verde y la siguió a la caverna. Su hermanastra, que la había reconocido, se volvió hacia su madre diciéndole: “¿No es esa niña extrañamente parecida a mi hermana mayor?”. La madrastra también pareció reconocerla. Cuando Yeh Hsien se dio cuenta de sus miradas se alejó corriendo pero en su apuro dejó caer una de sus sandalias, que cayó en manos de la gente de la caverna.
Cuando la madrastra volvió al hogar, encontró a su hijastra durmiendo con sus brazos alrededor de un gran árbol. Así que desechó los pensamientos que había tenido (acerca de la identidad de la dama tan finamente ataviada).

Cerca de las cavernas había un pequeño reino en una isla llamado T´o Huan. Por medio de su fuerte ejército gobernaba a una docena de islas, y sus aguas territoriales cubrían varios li. Y fue por eso que el pueblo de las cavernas vendió la sandalia al reino de T´o Huan, donde consiguió llegar a ser vista por el rey. Hizo entonces el rey que las mujeres de su casa se la probaran pero era una pulgada más corta aún para la que poseía los pies más pequeños. Hizo entonces que todas las mujeres del reino se la probaran, pero ninguna pudo calzarla.

Sospechó entonces el rey que los hombres de las cavernas hubieran obtenido la sandalia de fuentes dudosas y los encarceló y los torturó. Pero esas almas infortunadas no pudieron decir de dónde provenía la sandalia. Finalmente, fue colocada en el camino y se enviaron correos a todas las casas para que arrestaran a cualquiera que tuviera la otra sandalia. Y el rey se encontraba muy asombrado.

Se revisó la casa y se encontró a Yeh Hsien. Se hizo que se probara la sandalia y se encontró que la misma calzaba perfectamente. Apareció entonces ella con las sandalias puestas y su túnica de seda verde, resplandeciente como una diosa. Se comunicó el hallazgo al rey quien hizo traer a Yeh Hsien a su hogar en la isla, conjuntamente con los huesos del pez.

Después que Yeh Hsien hubo dejado la caverna, la madrastra y hermanastras fueron muertas por piedras que les fueron arrojadas. El pueblo de las cavernas se compadeció de ellas y las enterraron en un pozo y erigieron una tumba con una inscripción que decía: “La tumba de la mujer arrepentida”. El pueblo de las cavernas las adoró entonces como diosas que procuran matrimonio y cuando les solicitaban un favor de esa naturaleza, les era siempre concedido.

El rey volvió a la corte e hizo de Yeh Hsien su primera esposa. Pero durante el primer año de matrimonio pidió a los huesos del pez tanto oro, jade y joyas que éstos se negaron a suministrar. Llevó entonces los huesos y los enterró junto al mar con cien sacos llenos de perlas con bordes de oro. Cuando sus soldados se revelaron contra él, fue al lugar pero las mareas los habían llevado y nunca se volvieron a encontrar hasta el día de hoy. Esta historia me fue contada por un viejo sirviente de mi familia, Li Shingyün. Proviene del pueblo de las cavernas de Yungchiow y recuerda muchas extrañas historias del Sur.

Sabiduría China - Ed. Biblioteca Nueva Bs. As.

lunes, 28 de diciembre de 2009

LA BELLA DURMIENTE. Orígenes

Curiosidades de la vida, no fue Perrault (1697) el primero que escribió sobre La bella durmiente del bosque, y tampoco fue fiel reproductor de la historia, sino que omitió mucho de lo acaecido en el cuento que Giambattista Basile (Italia, 1936), escribió dentro de su colección "Pentamerone" (en el que recogía cuentos populares de tradición oral). Tanto la versión de Perrault, como la posterior de los Hermanos Grimm, son mucho más edulcoradas, más "infantiles". En la versión de Biambattista son unos sabios los que advierten a un gran rey que su hija recién nacida, de nombre Talía, se pinchará con una astilla envenenada oculta entre lino. El rey, precavido, prohibe que entre una sola fibra de lino al palacio. Sin embargo,Talía, siendo ya adolescente, encuentra una rueca para hilar lino, y acaba pinchándose con una astilla debajo de una uña, y cae en aparente muerte. Apenado, el rey deposita a su hija sobre un paño de terciopelo, cierra las puertas del palacio y abandona para siempre el bosque donde se encontraba el palacio. Tiempo después, un noble que está cazando en el bosque descubre el palacio abandonado y el cuerpo inerte de la princesa. Se desfoga con ella y se marcha. Nueve meses después la princesa da a luz dos gemelos (se llamarán Sol y Luna), que son cuidados por hadas. Un día, el niño chupa el dedo de su madre y logra extraer la astilla, con lo que Talía recupera la consciencia. Meses después, el noble, recordando su experiencia carnal con la blonda durmiente la visita de nuevo y, oh sorpresa, está despierta. Avergonzado, le confiesa que él es el padre de los pequeños. Ambos viven un idilio de una semana. Entonces se marcha para volver junto a su esposa, a la que nunca mencionó. La esposa del noble se acaba enterando de la existencia de los hijos bastardos, los hace prender y los entrega al cocinero para que los mate y los guise para dárselos a su marido. Cuando, en esa cena, el noble se come el guiso su mujer le dice qué ha comido. El noble lo cree durante un tiempo, pero al final el cocinero le confiesa que puso a los pequeños a salvo. La esposa, enfurecida, ordena que Talía sea capturada y quemada en una hoguera. Al final, la Bella Durmiente es salvada por el noble. Si se dan cuenta, parece que todos los cuentos tienen partes en común, pues lo de la reina ordenando matar a la hijastra es de Blancanieves, y la princesa Cisne estuvo a punto de ser quemada en la hoguera.